jueves, 3 de junio de 2010

Proclama de la Federación

La proclama de la Federación fue la declaración que realizó Tirso Salaverría en Coro dando inicio a la guerra. Decía así:
Proclama del coronel Tirso Salaverría el 21 de febrero de 1859

Jefe Provisional de la plaza de Coro y de las tropas federalistas

de la Provincia


¡Corianos! ¡Compatriotas!

La revolución de marzo ha sido inicuamente falseada. Atraídos por los encantos de su programa fascinador, concurrieron a consumarla todos los venezolanos; y su triunfo no ha producido otros gajes que el entronizamiento de una minoría siempre retrógrada, siempre impotente en su caída, siempre ávida de satisfacer innobles venganzas. Aceptáronla de buena fe los mismos que, fieles a sus compromisos, sostuvieron el poder recientemente derrumbado; y con criminal violación de las protestas de echar al olvido lo pasado, se les persigue sin causa, y sin fórmula de juicio se les condena a una proscripción indefinida; sin que haya bastado a dar treguas a este abuso la voz de la nación que de todos los ángulos se alzara reclamando la amnistía.

Proclaman la libertad en las elecciones; y nunca las elecciones se han verificado más a expensas de la libertad del pueblo. Invócase como el garante más seguro de la soberanía popular el voto universal en las mismas elecciones; y lo que hemos visto ha sido el escarnio del voto universal, otorgando ese derecho a la fuerza armada sometida a la voluntad de jefes establecidos ad hoc, para llenar los designios proditorios de un club dominador.

Bajo esa tutela depresiva tuvieron lugar las elecciones para la Convención Nacional. ¿Y cuál había de ser el resultado? Otra vez la centralización del poder contra el querer de los pueblos paladinamente manifestado; otra vez el dejar sometida la suerte del país a la voluntad de un hombre y su partido; otra vez el abrir anchuroso campo para perpetuarse en el poder público, uno con algunos, con ultraje de los principios preconizados en esta misma Carta central.

Por fin los abusos consecuentes a tan funesto orden de cosas; por fin las escandalosas infidencias del Jefe provisional del Estado, tantas veces falaz y perjuro cuantas bajo la religión del juramento ha protestado desprendimiento, abnegación y patriotismo; por fin las injusticias y arbitrariedades de sus agentes en las provincias, siempre garantizados con la impunidad, han rebosado la copa de nuestra indignación y roto los diques del sufrimiento para realizar un pensamiento ídolo de nuestro corazón, y que la prudencia nos había obligado hasta ahora a mantener en el terreno de la opinión. Este pensamiento mágico, regenerador; ese símbolo de fe política de todos los venezolanos; ese refugio salvador, único que el cielo nos depara en la deshecha tormenta que las pasiones azuzadas por los desmanes de un poder arbitrario han descargado sobre nosotros, es la reorganización de Venezuela en República eminentemente Federal.

¡Compatriotas! Mi corazón abunda en sentimientos de júbilo que mi débil voz puede apenas explicar. Sin derramarse ni una sola gota de sangre, sin vejámenes ni tropelías de ningún género, sin que nadie pueda lamentar una injuria que de palabra o de derecho le arrogaseis; sin más armas que vuestro valor y sin más esfuerzos que los de vuestras voces, me acompañasteis anoche en la grave empresa de desarmar la fuerza y apoderarnos de las armas con que un esbirro, remedo de gobernador del general Castro, nos oprimiera, y con que se prometía realizar el designio de su amo, de perpetuarse en el dominio del país, a despecho de la voluntad general. ¡Hazaña memorable la vuestra, compatriotas! ¡Arranque de singular patriotismo y valentía! ¡Rasgo espléndido de moderación, de orden y moralidad en medio del tumulto de una ciudad conmovida y en los momentos en que se hallaban a vuestra discreción la vida y la libertad de vuestros propios opresores! ¡Compatriotas! Por el concurso unánime de vuestras voluntades me elegisteis Jefe provisional para la empresa de la santa causa de la Federación en esta Provincia; y heme aquí a la cabeza de este honroso movimiento, resuelto con toda la abnegación del patriotismo, con toda la energía y ardor de un alma libre, con todo el noble orgullo de un militar ciudadano idólatra de su patria, dispuesto a arrostrar alegre y sereno a vuestro lado los azares de la campaña que hoy se abre a nuestros esfuerzos. ¡Feliz yo, camaradas, si como lo espero de la Divina Providencia, triunfáramos de nuestros dominadores! Feliz yo siquiera exhale a vuestro lado mi último suspiro en nombre de la libertad y la Federación de mi patria.

¡Corianos! No temáis. La Federación es el gobierno de todos. La Federación es el gobierno de los libres, y Venezuela obtendrá el lauro de la Federación. No hay un solo venezolano, con excepción del reducido club que hasta hoy nos ha dominado, cuyo corazón no lata de entusiasmo al impulso de esa voz mágica y arrobadora. La República entera está conmovida. Las localidades más importantes han dado simultáneamente el golpe que nosotros, y las demás se aprestan aceleradamente a secundarnos. La opinión nos favorece, la gente de armas nos sobra, y cuantos elementos pudiéramos necesitar están a nuestra disposición. ¡Corianos todos! No desconfiéis de nuestras protestas: no son las de aquel que infiel al gobierno que servía, ha sido más y más infiel a la nación que en mala hora le confiara sus destinos. Nuestro programa exclusivo es la Federación de Venezuela; el medio de realizarlo es la unión de todos los venezolanos; y en consecuencia las distintas y odiosas denominaciones de bandos políticos serán para siempre relegadas al olvido.


¡Viva el movimiento federalista de Coro!
¡Viva la Federación de todas las Provincias de la República!
¡Viva el general Juan C. Falcón, primer Jefe del movimiento federalista nacional!



Dado en el Cuartel General de Coro, a 21 de febrero de 1859.


Tirso Salaverría

Bandos y sus Líderes

Los bandos de la guerra federal fueron:

  • Los centralistas liderados por:

1. Julián Castro

2. José Antonio Páez

  • Los federalistas liderados por:

1. Ezequiel Zamora (muere en 1860)

2. Juan Crisóstomo Falcón

3. Antonio Guzmán Blanco

Causas


  • El reparto desigual de las tierras, las cuales estaban en manos de unas cuantas familias de caudillos militares que habían luchado en la Independencia.
  • La miseria en la que vivían alrededor de cuarenta mil libertos que, al no encontrar trabajo, habían regresado como sirvientes a las casas de sus antiguos amos o deambulaban por distintas partes del país en situación de miseria.
  • La crisis económica de 1858 trajo mayores miserias para el país causando incluso muertes de hambre lo que aumentó el odio hacia el gobierno.
  • Las prédicas de los liberales sobre la igualdad social, en contra de la desigualdad que se manifiesta por todas partes. Esto coloca al pueblo contra los conservadores.
  • La expulsión del país de los dirigentes liberales, quienes se refugiaron en las islas de Saint Thomas y Curazao, y formaron la Junta Patriótica de Venezuela.

Biografía de Juan Crisóstomo Falcón

Juan Crisóstomo Falcón fue un militar y político venezolano que junto a Ezequiel Zamora lideró el movimiento conocido como guerra federal o guerra de los cinco años que a partir de la sexta década del siglo XIX, enfrentó a federalistas y a centralistas.

Sus padres fueron José Ildefonso Falcón y Josefa Zavarce. Fue el único hijo varón de su núcleo familiar; su hermana Estefanía se casó con Ezequiel Zamora. A temprana edad cursó estudios en el Colegio Nacional de Coro, aprendiendo la doctrina cristiana, filosofía, letras, aritmética, gramática, latín y francés. Su carrera militar la inicia en defensa del régimen del general José Tadeo Monagas en el combate de Taratara el 6 de abril de 1848 cuando enfrentándose al general paecista Judas Tadeo Piñango. Derrotada la revolución liderada por José Antonio Páez, Juan Crisóstomo Falcón se encarga de la Comandancia de Armas de Maracaibo. En 1853 es ascendido a general de brigada.

En 1857 es nombrado por el Congreso, general de división y jefe de armas de la provincia de Barquisimeto. Ese mismo año contrae matrimonio con Luisa Isabel Pachano Muñoz. El 5 de marzo de 1858, al estallar en Valencia la Revolución de Marzo en contra del gobierno de José Tadeo Monagas, Falcón se mantiene fiel al régimen pese a ser invitado a participar en dicho movimiento. Al poco tiempo los decretos del nuevo gobierno del general Julián Castro no tardaron en crear roces y tensiones en el propio seno de los liberales; esta situación y la inestabilidad del gobierno hicieron inminente el estallido de un conflicto armado. Falcón y Ezequiel Zamora, quienes se abstuvieron de participar en la Revolución de Marzo, fueron perseguidos por el régimen.

El 7 de junio de 1858, Falcón es exiliado rumbo a las islas de Bonaire, Aruba, y Curazao. Una vez en el exilio, inicia su labor como conductor del proceso revolucionario, encabezando las acciones de los exiliados políticos que se encontraban en las islas. Finalmente, el 22 de marzo de 1859, Zamora y un grupo de exiliados invaden Venezuela . Por su parte, Falcón permaneció en el exilio, asumiendo Zamora el rango de jefe de operaciones del Ejército Federal, iniciando de esta manera la guerra en el occidente del territorio. A mediados de 1859, Falcón desembarca en Palma Sola, en las inmediaciones de El Palito y, a partir de este momento, comienza su participación activa en el territorio venezolano a favor de la idea de la Federación, liderando diferentes acciones militares. Tras la muerte de Zamora en el sitio de San Carlos, Falcón asume tanto la jefatura como la conducción militar del movimiento federalista. Se intenta la paz entre los centralistas y los federalistas, pero no se logra de modo que en 1862 reinicia la actividad militar al dirigir la batalla de Pureche en la cual derrota al coronel Ramón Castillo Marzal.

El 17 de junio de 1863, tras la victoria en la guerra es designado presidente provisional de la República por la Asamblea de La Victoria; juramentándose el 21 de enero de 1864. Al día siguiente, la Asamblea Constituyente le confirió el título de “Gran Ciudadano” y el grado de Mariscal. Bajo la vigencia de la nueva Constitución venezolana de 1864, en octubre es elegido Presidente Constitucional de Venezuela y ratificado como tal por el Congreso el 18 de marzo de 1865. Como presidente de la República eliminó la pena de muerte, la prisión por deudas y decretó el voto universal para los Poderes Ejecutivo y Legislativo.

A fines de 1866, renuncia a la presidencia y se retira a Coro, hasta que con el triunfo de la Revolución Azul el 25 de julio de 1868 es expulsado del país. El 24 de abril de 1870 muere en una habitación del hotel Toulouse de Fort-de-France en Martinica, como consecuencia de un cáncer en la laringe. El 1 de mayo de 1874 sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional.

Biografía de Ezequiel Zamora


Ezequiel Zamora fue un militar y político venezolano, uno de los principales protagonistas de la Guerra Federal (1859-1863), líder radical que propugnaba una extensa reforma agraria a favor de los campesinos. Zamora, nació en Cúa (actual estado Miranda) el 1 de febrero de 1817. Sus padres fueron Don Alejandro Zamora y Doña Paula Correa, modestos blancos de orilla. Durante los primeros años de su niñez recibe la rudimentaria instrucción que podía brindarle una zona rural convulsionada por las luchas independentistas.

En 1846, como miembro del Partido Liberal, se presenta a las elecciones de ese año, como candidato a elector para el cantón de Villa de Cura, pero su nominación fue objetada por los conservadores, mediante procedimientos fraudulentos. Este fue el reflejo de la tensa situación entre Liberales y Conservadores a escala nacional, lo que genera preocupación por un posible cruento desenlace intentando evitarse por medio de una entrevista entre Páez y Guzmán. No obstante, la reunión de los dos líderes es frustrada por alzamientos de campesinos en la región central. Zamora llama inmediatamente a hacer la guerra a los godos en beneficio de los pobres, levantándose en armas el 7 de septiembre de 1846, en la localidad de Guambra. Tras librar las acciones victoriosas de Los Bagres y Los Leones, es derrotado y capturado en la batalla de la Laguna de Piedra el 26 de marzo de 1847. Es condenado a muerte por los tribunales de Villa de Cura el 27 de julio del mismo año, pero José Tadeo Monagas le rebaja la pena a 10 años de prisión. Tras escapar de la cárcel de Maracay en el camino hacia la prisión de Maracaibo encontró trabajo como peón. Al año siguiente fue indultado.

Algún tiempo después se enroló en el ejército liberal de José Tadeo Monagas que combatía contra los terratenientes. En 1849 capturó a Páez y lo llevó encadenado a Caracas. En 1851 fue ascendido a coronel. La derrota de los terratenientes fue temporal y Zamora tuvo que exiliarse al Caribe. En octubre de 1858 se constituyó la Junta Patriótica y se inició una rebelión que encabezaría el general Juan Crisóstomo Falcón, cuñado de Zamora.

El 23 de febrero de 1859, en el marco de la Guerra Federal desembarca en La Vela de Coro, procedente de Curaçao. Se denomina Jefe de Operaciones de Occidente, haciendo que Coro se constituya en estado federal el 25 de febrero de 1859. El 23 de marzo triunfa en el encuentro de El Palito, a partir del cual planifica sus movimientos hacia los llanos occidentales. Toma San Felipe el 28 de marzo y reorganiza la provincia como entidad federal con el nombre de estado Yaracuy. Después de tomar Santa Inés, Zamora se dirige hacia el centro del país con 3.000 soldados de infantería y 300 jinetes, a través de Barinas y Portuguesa, pero antes de aproximarse a Caracas, asalta San Carlos. Durante el sitio de dicha ciudad recibió un balazo en la cabeza que le causó la muerte el 10 de enero de 1860. Su inesperado deceso cambió el rumbo positivo que llevaba la guerra para los federalistas y produjo la pérdida, del que para muchos fue el más importante líder popular del siglo XIX venezolano, sus restos reposan en el Panteón Nacional en Caracas.